viernes, 25 de julio de 2008

Cien días

Cien días. ¿Sólo?

La verdad es que ya ni me apetece criticar a estos inútiles, ineptos y zascandiles que nos gobiernan. Es verano. Disfrutemos; ya vendrán tiempos peores.

Aunque algunos mentecatos seguirán opinando que nuestra nave va regida por la quintaesencia de las maravillas, el faro de occidente, la luz que iluminará a la humanidad. ¡Pobres!

Si es que tiene que haber de todo.







viernes, 18 de julio de 2008

Bohr

Porque la ineptitud de nuestro Gobierno me tiene absolutamente asombrado (¿o tal vez no?).
Porque la situación ético-moral es gris con tendencia a ennegrecer (aunque soy optimista).
Y porque no me apetece ponerme melodramático (¡no lo conseguiréis!),
os publico una anécdota divertida.

Espero que os guste. Y que os haga pensar.


La anécdota de Bohr


Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:

"Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que éste afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesor y estudiante acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.

Leí la pregunta del examen: 'Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro'.

El estudiante había respondido: 'lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio'.

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota más alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta, pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.

Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta:
Coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después aplique la formula altura = 0,5 A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio.
En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
Perfecto, le dije, ¿y de otra manera?
Sí, contesto, éste es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura.
Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.
En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras.
Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle:
"-Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo".

En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares).
Dijo que la conocía, pero que durante sus estudios sus profesores habían intentado enseñarle a pensar".

El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.

miércoles, 16 de julio de 2008

Paloma

Un abrazo, un fuerte abrazo, para mi amiga Paloma.
Y mucho ánimo.
Os pido a todos que la encomendéis. Yo ya lo estoy haciendo.
Y sé que no fallaremos.
Ella, que siempre ha estado disponible para presentar nuestras peticiones a la Guadalupana, debe sentir que estamos a su lado.

Hoy, 16 de Julio, día de la Vírgen del Carmen - patrona de la mar y de los marinos-, por ella y para ella.

¡Adelante Paloma!


viernes, 4 de julio de 2008

JOAN HERRERA (ICV) - LA IGNORANCIA ES LA MADRE DEL ATREVIMIENTO


ICV (Iniciativa per Catalunya Verds) remitió el miércoles un comunicado de prensa censurando la actitud del Gobierno de España por no responder a su Portavoz en el Congreso, JOAN HERRERA, sobre la existencia de elementos pre-constitucionales en el escudo oficial del Rey.

¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿ ?????!!!!!

Según el citado lumbreras, paladín de la democracia, el escudo incluye la Cruz de Borgoña y el yugo y las flechas (símbolos de los requetés y falange, afirma ufano). Y, por tanto, al ser pre-constitucionales (y franquistas) deben desaparecer de inmediato.

A los dignos representantes de la "voluntad popular" se les debería exigir, al menos, un poco de culturilla. Y si de algo no saben o conocen (nadie tiene por qué saber de todo), al menos informarse o callarse. Pero no hacer alarde público de sus ignorancias supinas.

A ver, TODOS los elementos del escudo de la Casa Real (y del escudo de España) son pre-constitucionales. Las barras, las cadenas de Navarra, el Castillo o el León también lo son (existían mucho antes del nacimiento de determinados tarugos que creen que han inventado la pólvora. Nada menos que desde el siglo XV (15 pá los amiguetes)).
Así que TODO es pre-constitucional (también el escudo de Barcelona o el de Sevilla, melón).

Y, más concretamente, explicando de manera breve los dos elementos a los que hace referencia.

La Cruz de Borgoña : Utilizada por Felipe el Hermoso desde su enlace con Juana la Loca (Juana I de Trastámara (1479-1555), fue Reina de Castilla de 1504 a 1555. Fue primero infanta de Castilla y Aragón, luego archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña y Brabante y condesa de Flandes. Reina propietaria de Castilla y de León, de Galicia, de Granada, de Sevilla, de Murcia y Jaén, de Gibraltar, de las islas Canarias y de las Indias Occidentales, de Navarra y de Aragón, de Nápoles y Sicilia, condesa de Barcelona y señora de Vizcaya, títulos heredados tras la muerte de sus padres, con lo cual unió definitivamente las coronas que conformaron España, a partir del 25 de enero de 1516).

El yugo y las cinco flechas : Usados desde la Concordia de Segovia, en 1475, por la que se unían los reinos de Aragón y Castilla, gobernados por Fernando e Isabel, los Reyes Católicos. Fue un símbolo propuesto por el humanista Antonio de Nebrija, cuya ocurrencia viene de los libros de Virgilio. Las flechas, cogidas de La Eneida, y el yugo, de las Geórgicas. Ambos símbolos unidos representaban la unión de ambos monarcas en matrimonio.
(por cierto, propuesto por el PSOE en 1924 como símbolo de España).

A mí me trae sin cuidado que se quiten o se añadan elementos. Pero justifiquémoslo de una manera, si no coherente u honesta, al menos veraz.
O con el motivo "porque me da la gana", que también es válido.
Pero hacer razón de la ignorancia, eso sí que no.
Joan, a septiembre (o como se diga ahora).