martes, 2 de noviembre de 2010

BULTOS PELUDOS CON PATAS

Esta semana he visto algo que me ha inquietado mucho porque he temido verme reflejado dentro de diez años.

Yo iba en la moto hacia la facultad y en un semáforo, yo que soy muy cotilla, me he fijado en el coche de al lado. Un padre, su hijo a la izquierda y su hija en el asiento trasero. No tengo la certeza pero en mi película mental he imaginado que era un padre con sus hijos adolescentes.

Como buen cotilla no me quede observando solo lo superficial, lo que me sobresalto fue descubrir que sus dos hijos iban con cascos en las orejas!! Que triste!! Un padre acompañando a sus hijos al colegio y ambos escuchando su propia música. Tres personas que supuestamente se quieren mucho encerrados en 3 metros cuadrados sin dirigirse la palabra, ignorándose mutuamente. Que mundo estamos haciendo? Yo también tengo dos hijos que de momento me hablan y se ríen de lo que les cuento, pero el miedo ha empezado a acecharme desde entonces porque a ellos también les gusta la música!

Estoy quizá muy sensibilizado porque este mes he realizado trabajos de investigación en varios frentes.

Experimento numero 1:
Mis 93 alumnos de marketing tenían que hacer 3 encuestas cada uno a tres personas en cuanto salieran de un taxi. Primera pregunta: conducía un hombre o una mujer? Segunda: con o sin bigote? (también es valida para conductoras!). Tercera: con gafas o sin?, cuarta: color de su vestimenta?, ultima pregunta: como se llamaba? Los porcentajes de respuestas acertadas eran, por este orden, 97, 21, 16, 18 y 0%. El resto de respuestas fueron "no me he fijado o no lo se". Increíble!! De una muestra de 300 personas casi, 10 no saben si conducía un hombre o una mujer! La inmensa mayoria no sabían si tenia bigote, gafas, el color de su camisa y nadie, nadie, se fijo en su nombre que consta en la licencia que esta a la vista del cliente. Conclusión: conducía un bulto peludo con patas, brazos y orejas.

Experimento numero 2:
Subo a un autobús y cuento el numero de personas, 32. De ellas, solo hay dos que conversan, el resto se ignora. Alguien sube en una parada, ni mira al conductor y se sienta sin ni siquiera decir "buenas tardes" a la persona que tiene sentada a su derecha con la que se toca pantalón con pantalón (por cierto, rápidamente separa su pierna y hace un gesto como si limpiara su pantalón). Un extraterrestre desde fuera observaría a 32 seres humanos encerrados en una caja que no se dirigen ni una sola palabra. Conclusión: el conductor del autobús es un bulto peludo con patas que conduce, las personas del autobús son bultos peludos con patas que uno esquiva hasta llegar a un asiento donde unos se sienta junto a otro bulto peludo con patas.

Experimento numero 3:
Salgo de casa en moto con mi hijo mayor y saludo a una vecina que pasa cerca de nosotros. Con cierta sensación de ridículo me quedo con la mano levantada sin recibir respuesta alguna de mi vecina pero si de mi hijo: "eres un pringado". Conclusión: mi vecina habrá visto dos bultos con patas, uno mas peludo que otro, encima de una moto.

Experimento numero 4:
En un curso de formación que impartía a directivos de una empresa multinacional se me ocurre preguntar quien sabe el nombre de la señora que esta junto a la puerta de entrada de la empresa. Levantan la mano 3 personas y otro contesta que es "la segurata". El que menos, llevaba 9 años entrando cada día por la misma puerta. Conclusión: al entrar debían ver un bulto con pelo largo y patas detrás de un mostrador.

Experimento numero 5:
Le pido a Marga, que así se llama el bulto con pelo largo, que me deje sentar un rato en su silla. Ver el mundo desde esa perspectiva es inquietante. Lo que debe sentir ella viendo pasar tantas personas por delante sin que la miren siquiera! Cuando alguien le de los buenos días y le llame por su nombre se puede caer de la silla del susto!!

Penúltimo experimento:
Entro en un centro comercial y me paso 15 minutos dentro del ascensor subiendo y bajando. Decido no saludar a nadie si antes no me saludan. Cuento 27 encuentros con personas, 54 momentos en total de entrada y salida del ascensor. Mentalmente llevo la estadística: 7 "buenos días, hasta luego, etc.", 4 que gesticulan con la cabeza y 16 que no me dicen nada y que me confunden con un bulto peludo con patas que decora el ascensor!

Ultimo experimento:
Subo al autobús que hace el recorrido entre Ordino y Andorra la Vella un sábado. Somos 8 personas en el autobús, al final del recorrido que dura 12 minutos hemos mantenido conversaciones con 5 de estas 8 personas.

Una observación que podría ser objeto de otro experimento: en Ordino, que es donde paso casi todos los fines de semana y es mi paraíso particular, la distancia entre mi casa y la iglesia se recorre en 3 minutos y 14 segundos. Sin embargo, tenemos que salir una hora antes de casa si queremos llegar a Misa porque en el corto trayecto nos encontramos con personas que saben nuestro nombre, donde vivimos, que somos del Barça, que nos dan conversación y que les encanta hablar con otros seres humanos. En Barcelona, la iglesia esta a 3 minutos de casa, nos cruzamos en el trayecto con el triple de personas que en Ordino pero salimos 3 minutos y 10 segundos antes de que empiece la Misa y siempre llegamos sobrados de tiempo!

Conclusión: los pueblos muy pequeños son el ultimo reducto de un mundo cada vez mas inhumano, donde el portero de casa es un bulto que nos deja las cartas, el camarero es un bulto que nos pone el café, el vecino es un bulto que ayuda a pagar los gastos comunitarios, el kioskero es un bulto que nos da el periódico y la señorita que esta en el supermercado es un bulto expendedor de bolsas de plástico.

Ninguno de nosotros va a cambiar la sociedad en la que vivimos. Con mis alumnos discutíamos el otro día el objetivo de la ONU de acabar con el hambre en 2015. Alguien se quejaba de lo que gastan en armas algunos países, otro de que no se aportaba el 0,7 del PIB, etc. En un momento del debate, como los vi tan afectados por el problema, pregunte quien había llevado una bolsa de comida al banco de alimentos de la ciudad. Nadie levanto la mano, que pena, porque mas allá de discursos grandilocuentes, eso si que esta en nuestras manos. Por eso, mas que quejarnos de lo inhumanos que somos muchas veces, de como se ha vuelto el mundo, podemos decidir como tratamos a los bultos con los que cada día interactuamos, podemos controlar nuestros 2 metros cuadrados. Decidir adoptar, con todas las personas que entren en contacto con nosotros, alguna de las siguientes virtudes de las relaciones humanas:

• sonreír
• dedicar unas palabras amables
• escuchar
• ser tolerante
• ser paciente
• utilizar su nombre
• ser humilde
• aprender a perdonar
• pedir perdón
• dar las gracias
• ver el lado bueno que todo el mundo tiene
• descubrir sus gustos y tratar de satisfacerlos
• no criticar
• hacer sentir importantes a los demás
• rezar por ellos
• hacer favores
• dar sorpresas agradables
• alabar las cosas positivas que hacen
• no discutir
• no imponer nuestro punto de vista ni ser arrogantes
• ser compasivo
• felicitarles en el día de su cumpleaños
• no perder los nervios
• aguantar con alegría a las personas que nos parecen mas pesadas
• ser justos y honestos
• tratar igual de bien a todos, a los mas importantes y a los que consideramos menos importantes
• tratar de hacer la vida agradable a los demás
• no guardar lo peor de nosotros para las personas que mas queremos

De este modo, si cada uno decide asegurar la "humanidad" mas amable en sus 2 metros cuadrados, quizá entre muchos cambiemos unos cuantos de cientos de metros cuadrados. Y de paso, seremos mucho mas felices porque paradójicamente, seremos nosotros mismos los que nos sentiremos mucho mejor al mismo tiempo que hacemos la vida mas agradable a los demás. Estamos en este mundo para ayudarnos, apoyarnos y alegrarnos esta estancia unos a otros mientras dure.


(Victor Küppers)

domingo, 24 de octubre de 2010

¿ Qué hay que hacer para nacionalizarse noruego ?

"ALLÍ ES DELITO LA CRISTIANDAD"

Noruega prohíbe a Arabia Saudí financiar mezquitas "si no respeta la libertad religiosa"
Encomiable lección de valentía: Noruega ha anunciado que rechaza una donación millonaria de jeques sauditas para la construcción de una mezquita, mientras el país árabe no respete la libertad religiosa. "Allí es un delito construir templos a la fe cristiana, sería antinatural aceptar su dinero" recuerdan.

Mientras el asunto de la construcción de la Mezquita en la zona Cero de Nueva York aún alimenta el debate del multiculturalismo y el respeto religioso, el Gobierno noruego ha tomado una decisión histórica y ejemplar.

Según ha anunciado su ministro de Asuntos Exteriores Jonas Gahr Stor, el gobierno rechaza las donaciones millonarias de Arabia Saudí para financiar la construcción de mezquitas en Noruega. Como país democrático, la legislación noruega permite la construcción de cualquier templo religioso que quieran construir sus habitantes, pero debe ser la Adminsitración central la encargada de aprobar el apoyo financiero de estos proyectos, evitando que se incurra en cualquier tipo de delito.

Y precisamente ahí es donde han dado la estocada a los millonarios saudíes que solicitaron financiar con decenas de millones templos islámicos. Según recoge el diario Vg Nett, su responsable de Exteriores ha justificado esta decisión: "Sería una paradoja, y antinatural aceptar las fuentes de financiación de un país donde no hay libertad religiosa" asegura. Además, señaló el origen de su dictamen en que: "Podríamos haber dicho que no, pero la aceptación de ese dinero sería una paradoja, ya que una comunidad cristiana que se asienta en Arabia Saudí está cometiendo un delito" dijo, recordando la expresa prohibición del país árabe a la construcción de iglesias, entre otros.

Jonas Gahr Stor asume que se trata de una problemática común al resto de países europeos, y anuncia que "Noruega llevará el asunto ante el Consejo de Europa" donde defenderá esta decisión basada en la más estricta reciprocidad con los sauditas.

(Artículo de Libertad Digital)

martes, 12 de octubre de 2010

Extrema derecha

Doce de Octubre.
Ciudadanos exigen la dimisión del nefasto Presidente que nos ha llevado a la ruina moral y económica.
Rubalcaba, con su proverbial sabiduría y elocuencia, atribuye los abucheos a la extrema derecha.
Y yo, en aras de la neutralidad, incluyo documento videográfico.
Helo :





¿Cómo? ¿Que me he equivocado? ¡Archivoooooo!!!!!!!!

lunes, 26 de abril de 2010

BOOK

A todos mis amigos y conocidos que han tenido el honor de ser adoctrinados por el nunca suficientemente ponderado Bachillerato LOGSE.

Va por ellos.



miércoles, 21 de abril de 2010

MATT vs. NACIONALISTAS

Yo, me sincero, veo este video; observo a la gente; miro a los niños; me maravillo de los paisajes; bailo con todos... y se me cura cualquier pretensión nacionalista.

¿Qué opináis?








Ciclo de Vida

La misma corriente de vida que corre por mis venas noche y día, pasa por el mundo y en los bailes rítmicos.

Es la misma vida que se dispara a través de alegría, en el polvo de la tierra y en las innumerables hojas de hierba y se rompe en tumultuosas olas de hojas y flores.

Es la misma vida que se sacude en el origen del nacimiento y de la muerte. El movimiento de mis piernas lo provocan el glorioso toque de este mundo de la vida. Y mi orgullo por vivir está bailando en mi sangre en este momento.

martes, 20 de abril de 2010

El Observatorio de la Ira Laicista (Carlos Herrera)

Tomo prestado de mi buen amigo Carlos Herrera el siguiente artículo.
Espero que os guste (y que os haga reflexionar sobre lo que estamos / están haciendo).


Fantástico. Un organismo pomposamente autotitulado `Observatorio de la Laicidad´ proclamó hace unos días la inconveniencia de que en las procesiones de Semana Santa se interprete el himno nacional a la salida o entrada de las cofradías de sus templos y, asimismo, lo indebido de que en dichos desfiles procesionales participen miembros de las Fuerzas Armadas o de los Cuerpos de Seguridad del Estado. Ya sé que se ha escrito largamente de este asunto en los días que median entre el Domingo de Resurrección y hoy, pero no me resisto. Los argumentos de estos sandios son de peso: el himno es de todos y los funcionarios deben evitar participar en ejercicio religioso alguno. Esta nueva Inquisición que en forma de laicismo quieren instaurar algunos sujetos va a llevar a que ni siquiera los alcaldes presidan procesión alguna. Lo que invita a pensar que lo que de verdad quieren decir –pero no se atreven– es que deberían prohibirse nazarenos, penitentes, Vírgenes bajo Palio y Misterios con Cristo andando libremente por la calle.

Por partes. El himno es de todos, y en ello es fácil que nos pongamos de acuerdo; razón por la cual yo lo pongo en mi casa cuando me dé la gana, y si lo quiero interpretar cuando mi Cofradía sale a la abarrotada calle por miles de personas, lo hago. Y no tengo que pedirle permiso a ningún observatorio de tontos. Los policías y guardias civiles que escoltan pasos lo hacen por ser devotos de esas hermandades, de forma voluntaria y en sus horas libres. Sólo faltaría que tuvieran que pedirle permiso a los profesionales de la ira laicista. Los alcaldes que toman la vara representan a la ciudad en un cortejo al que asiste la suficiente ciudadanía como para que su presencia sea exigible. Menudo disgusto le darían a algunos alcaldes del PSOE si les prohibieran vestirse el chaqué en diversas cofradías. Más: el Observatorio de la Pataleta Laicista se queja amargamente de que se concedan indultos todos los años por mediación de alguna hermandad, siendo el más conocido el que promueve Jesús el Rico en Málaga. Pues que se lo pregunten al indultado, que suele ser siempre un preso con condena menor y que a buen seguro estará encantado de que los laicistas lo quieran de por vida en prisión.

Nadie está obligado a que le gusten los actos religiosos y procesionales de Semana Santa. Conozco a no pocos sevillanos, sin ir más lejos, que huyen despavoridos a la playa, pero no conozco a muchos que pretendan prohibir a los demás que durante una semana se viva una tradición en la que se mezcla –de forma particular y en proporciones personales– la fe, el amor por las costumbres, la admiración por obras artísticas de primer orden o, sencillamente, el gusto por la calle. Son los mismos que no objetan nada cuando el carnaval toma el barrio –sin que les tenga por qué gustar un disfraz– o que no se quejan por la algarabía del Día del Orgullo Gay. Puestos a objetar, no comprendo la tardanza de estos bobos en lamentar la cabalgata de los Reyes Magos o los nacimientos que los ayuntamientos colocan en Navidad a la puerta de sus edificios. Ni entiendo cómo aún no han exigido formalmente que las fiestas de Zaragoza no sean en honor de la Virgen del Pilar, ni las de Barcelona sean por la Mercè ni las de Pamplona por San Fermín. Seguro que los corredores que le cantan al santo en la cuesta de Santo Domingo estarán encantados cuando esta alegre muchachada les llame la atención.

Cada día se hace más cierto que en España no cabe un tonto más. Como surjan cuatro o cinco más, se caen al agua. Estos pavos que, presos de un ferviente odio anticatólico no tienen reparos en hacer el ridículo y en mostrar un curioso envés totalitario propio de los peores comisariados, deben de estar hondamente contrariados por el hecho de que millones de personas hayan salido a las calles esta Semana Santa a acompañar a sus imágenes o a contemplar la belleza de una cofradía de su preferencia. Comprendo que ello los lleve a no poder sujetar su tic intolerante y a proclamar bobadas con la boca llena. Qué le vamos a hacer.

martes, 6 de abril de 2010

AUSCHWITZ EN CADA UTERO

La actitud del Rey, que ha sancionado la Ley del Aborto, era de esperar. También era previsible todo lo demás: la chulería de José Bono, anunciando que buscará a otro sacerdote para que le de la Comunión, la asquerosa y débil respuesta de Rajoy, pasándole la pelota al “prestigiosísimo” Tribunal Constitucional. Un Tribunal que tiene una Presidenta que fue abroncada en plena calle cuando aquel desfile de las Fuerzas Armadas y que lleva cinco años sin sacar sentencia sobre el matrimonio homosexual o sobre el Estatuto, o sobre lo que sea. Claro que sí, ese Tribunal defenderá a los inocentes, por supuesto, Mariano. Todo esto me recuerda a aquella escena que relata Chaim Aron Kaplan en ese cegador libro sobre el Guetto que es Diario de Varsovia:

Un rabino de Lodz fue obligado a escupir sobre un rollo de la Tora que estaba en la sagrada Arca. Temiendo por su vida, obedeció y profanó lo que es sagrado para él y para su pueblo. Al poco rato, dejó de tener saliva, su boca estaba seca. A la pregunta de los nazis de porqué había dejado de escupir, el rabino repuso que su boca estaba seca. Entonces “el hijo de la raza superior” comenzó a escupir en la boca del rabino, y éste siguió escupiendo en la Torá.

El miedo, su cobardía rastrera, a perder la supuesta dignidad que les da su puesto, les hace escupir una y otra vez no sobre sus convicciones católicas. Eso a mi me trae al fresco. Escupen sobre los más inocentes, sobre la Humanidad más sagrada, y cuando ya no tienen más saliva, abren la boca para que les vuelvan a llenar su boca, ese depósito de babas de lamelibranquio, con la leche negra de la que hablaba Paul Celan en su Fuga de la Muerte. Todos escupen. Unos por lo menos tienen imaginación para fermentar el pus del Mal en sus mentes podridas. Otros sólo ponen la boca para llenarse de la bilis de pus y odio que ni siquiera ellos han podido producir. Cobardes. Todos huyen. A los que apoyamos la vida ZP nos llama hipócritas. Ese que iba con el cinturón de Hermes puesto en los vaqueros, el representante máximo de esa izquierda libidinosa, amante del lujo, que se arrima a Emilio Botín y se pasea en coche blindado por los cinturones rojos de las ciudades cuando suena la campana de las elecciones. Escúpanos más, por favor. Más. Son cómplices del asesinato de unos hijos cuya único delito consiste en que sus padres han existido antes que ellos. Su delito ha sido ser hijos.

Malditos. Caiga su sangre sobre vuestras cabezas.

Cuando era más joven, llegó un momento en que el tema “aborto” hizo que gente cercana me diera la espalda. El tema se convirtió en tabú. Trataba de explicar que el Mal estaba ahí fuera, y que se estaba extendiendo. Me movilicé muchas veces. La gente, y yo mismo llegó a un punto en que no podía soportar esa angustia. Y al final sobrevino el silencio. Eramos gente normal, que no podía concebir que se transformaran en productos cosméticos restos de embriones a sólo unos kilómetros de nuestras casas. Y eso es exactamente lo que estaba ocurriendo. Nos pasaba como a los judíos: no podían concebir que esos hornos crematorios existieran en el centro de civilización. Y eso es exactamente lo que estaba ocurriendo. Después llegó ZP, esa Madonna cutre del socialismo decadente de principios del siglo XXI, y trajo a Bernat Soria, otro infame, que cambió la ley, para que no se consideraran restos humanos a los fetos abortados. Ahora ya los despiden en bolsas de basura negra a beneficio de inventario. Como decía el gran Blaise Pascal, por conservar y acariciar la bestia del Poder han acabado por lamer la Tierra trufada con los restos humanos de sus víctimas.

Farsantes. Asesinos.

La segunda mitad del siglo XX
proclamó la bandera de la paz y de la vida :
la vida de Mick Jagger,
la vida de Alí Agca, la de Charles
Manson, la de Bokassa,
la de José Rodríguez, son sagradas ;
la vida de las focas y de las sequoias
y hasta la vida de los vietnamitas
son sagradas, etcétera...

Muy bien, señores, pero
mientras el Universo se llenaba
de palomitas rosas, mientras todos ustedes
hacían el amor y no la guerra,
en cada útero un Auschwitz, un Dachau, un Stalin,
un Führer, un Vietnam, un Paracuellos,
un negro y fiero y ciego bombardeo.
Todo legal, no sufra, todo a cargo
de la Seguridad Social, naturalmente.

Cinco, veinte, sesenta millones, ochocientos
millones de personas -Dios lleva cuenta exacta-
asfixiadas, quemadas, trituradas
(con absoluta higiene y música ambiental
para que nadie diga).
Yo he escuchado sus llantos diminutos,
he visto sus milímetros de espanto,
sus deditos de leche desvalida
moviéndose en el cubo funerario.
Yo levanto estos versos como un volcán de rabia
y grito a las estrellas
que el mayor genocidio de este planeta fue
la segunda mitad del siglo XX.

Miguel D’Ors
Lecciones de historia
Después, tras una denuncia de la televisión danesa e inglesa, Forum Libertas denunció al Dr. Morín, un médico peruano que defraudaba a Hacienda masivamente, que era seropositivo, que usaba a señoras de la limpieza para “operar” a chicas menores de edad, que hacía abortos de más de seis meses. Se llevó a la Fiscalía. Ningún fiscal “quería comerse el marrón”. Tras seis meses de insistir, al final, las cosas llegaron al juzgado. Y llegó otra vez la audacia de esa hiena disfrazada de Prada, María Teresa Fernández de la Vega, adoradora de la buena mesa, el lujo, con más fondo de armario que Imelda Marcos y más zapatos de tacón que Diana de Gales, y se movilizó para incrementar la facturación de las clínicas, esas checas modernas donde se trocea a los de nuestra especie. Cambió la ley con la ayuda de esa becaria inane llamada Aído, amenazó a la policía que ha bía hecho el informe -al que Rubalcaba le ha abierto un expediente-, y aquí no ha pasado nada. Y los médicos no hicisteis nada. Y los jueces, fiscales, no hicistéis nada. Y la gente con hijos, no hicimos nada.

Malditos seamos todos. Caiga su sangre sobre nuestras cabezas.

Y como colofón, han aprobado la ley más brutal de Europa. En España va a ser posible asesinar a niños concebidos hasta justo antes del parto (y ya puestos después). Con esta nueva ley recién aprobada entre carcajadas de ministras que se oxigenan el pelo con mechas, las fábricas de la muerte han acelerado la cadena de producción. Y todos han asentido, han colaborado. Me pasa como a Elie Wiesel, un superviviente de Auschwitz, cuando dice que a pesar de dedicar toda su vida a comprender ese mal absoluto, “sigo sin entenderlo”.

Hannah Arendt llamó a Auschwitz el Mal Radical, porque ni siquiera a las víctimas se les permitía la muerte. Los cadáveres se fabricaban, se producían en cadena (am laufendem Band). En Auschwitz no se moría, se fabricaba la muerte. Se era parte de un proceso. No eras nadie, ni nada. Eran parte de un proceso. Los cadáveres eran “figuren” (figuras), como bien recuerda Primo Levi. Se les robaba el derecho a una muerte personal, donde el nombre queda grabado en una lápida y en las vidas de los que te quieren, donde tienes tiempo para prepararte a tu muerte particular, única e irreemplazable. Morir en serie es querer eliminar tu condición humana.

Y eso es lo que habéis hecho con más saña aún: afilar las cuchillas de las trituradoras, acelerar las cintas de producción (am laufendem Band), darle a tope a la máquina para que ahogue el grito de vuestras miserables conciencias.

Malditos seáis.

En Un Mundo Feliz de Aldoux Husley, se organiza todo para que la población sea de 2.000 millones de personas. Y sólo se admiten 10.000 nombres. Sólo 10.000 nombres. Con el aborto se les niega incluso el nombre a esas personas concebidas. Se borran los nombres. No son nombradas y sus apellidos, son amputados en la trituradora. Es el cese de toda intimidad humana, su extirpación es nuestro suicidio. Freud dijo que para crecer, el niño tenía que matar al padre, y con el pansexualismo neurótico de Freud hemos hecho lo contrario: hemos matado a nuestros hijos para robarles el futuro de su tiempo, para apropiarnos de sus vidas como vampiros.

Que Dios nos perdone.

Debemos de recordar lo que ha pasado. Cada vida es un comienzo absoluto. Los hombres no han nacido para morir , sino para hacer algo nuevo. Y para eso debemos de comprender, para poder actuar. Hay que comprender la historia del aborto, y recordar que surgió a mitad de los sesenta, porque el Gobernador de Nueva York, un tal Nelson Rockefeller, vetó una ley, y abrió la puerta al aborto libre en el Estado de Nueva York. Rockefeller, ese sindicalista de toda la vida, hombre ¿les suena la Trilateral? ¿el grupo Bildenberg? Quien creen que donó los fondos para que esa racista Margaret Sanger pudiera comenzar sus campañas para promover el aborto en Nueva York en la década de los 20? Pues el abuelo del susodicho, Mr. John D. Rockefeller, aquel entusiasta de "la supervivencia de los más aptos." Después, con la sentencia que liberalizaba la pornografía, y finalmente la sentencia Roe vs Wade, se legalizó el aborto. En Francia, fue Giscard quien cortó la cinta del matadero. Y así sucesivamente. El aborto, es un gran invento capitalista. Los adoquines que se lanzaban a los policías en Mayo del 68, acabaron en nada. Esa muchedumbre cobarde de niños pijos bien, que querían cambiar el mundo, se encerraron en sus casas para consumir pornografía y apedrear los vientres de sus parejas cuando estos amenazaban con dar fruto. En eso quedó la lucha de clases: en robarle la vida a los más débiles. Corporación Dermoestética nos agradecerá nuestra obsesión por el vientre plano.


Pido perdón a todos esos asesinados porque miramos a otro lado, porque mientras hacíamos la colada, ibamos al cine o le dábamos de merendar a nuestros hijos, la sangre de los inocentes corría por nuestras calles. A partir de ahora será un torrente negro. Que Dios nos perdone, para volver a comenzar, aunque no nos lo merezcamos. Que sus cenizas hagan arder el cielo, para que quede expuesto a la luz la enormidad del crimen, para que termine este suicida Holocausto de inocentes.
(Con mi sincero agradecimiento a Claudio).

jueves, 4 de febrero de 2010

DE NUEVO

Bueno, pues a pesar de lo que decía en el último comentario anterior, parece ser que puedo acceder de nuevo a mi cuenta.
Os saludo nuevamente (y espero que los problemas técnicos no se reproduzcan).

sábado, 9 de enero de 2010

Oscar Molina

Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15 días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestos directos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de la mitad del año para el Estado. Pago un colegio a mis hijos, mientras financio un sistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada, pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedan tener cuidados médicos. De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me lo reconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación pública consiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido.


Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casa cuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder su trabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permita llegar a fin de mes.

Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservan escasas esperanzas de conseguir otro.

Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, que sois muchos, os alimentéis de nuestra pasta.

Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes de nuestro Estado central, vivís de nuestro dinero. Sois parte un elefantiásico entramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváis Clase Preferente en vuestros viajes privados, con mi dinero. A cambio, resultáis totalmente incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad ni dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáis servicio alguno. Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, para vigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros. Tomáis posesión de nuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida, y parís normativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros de vosotros.

Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedad reabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la jeta de pagar un sueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo que nos hablan de “acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.

Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete gloriosos mini-estados autonómicos, también vivís de mi pasta. Unos subidos a cuentos imposibles como la fábula de Aitor, otros mitificando a unos segadores de hace cuatrocientos años. Los demás, a rueda de éstos, os habéis montado un chiringuito de consejerías, direcciones, subdirecciones, patronatos, embajadas y demás máquinas de gastar. Con mi dinero, claro está. Usáis la pasta que yo gano trabajando para fomentar la insolidaridad y sembrar el odio a España; reclamáis la parte que vuestros inverosímiles derechos históricos os adjudican para poder aumentar la pléyade de vuestros deudos, para comprar votos con empleos a dedo. Vivís en la reivindicación permanente que haga andar a una bicicleta que se caería si parara. Vosotros, garrapatas, no resistiríais el mínimo ejercicio de competencia para la obtención de un puesto de trabajo en el ámbito privado, vuestro único mérito es haber medrado en la estructura de un partido político. Y ahora, vivís de mi dinero.

¿Y qué decir de vosotros? Sabandijas de los sindicatos de clase. Liberados del trabajo, la responsabilidad y el cumplimiento del deber. ¿Cuántos sois? Sólo en Madrid, 3200; sólo en Madrid vuestro chollo nos sale a los contribuyentes por 77 millones de euros. ¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sin estrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes, porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo. No tenéis afiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestros presuntos representados, cobráis un canon por los ERE´s, o lo que es lo mismo, sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; os dedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo por no molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétrica según quien gobierne. No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada, no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestros tejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas…y vivís de mi pasta.

Y no me olvido de vosotros. Engreídos “creadores”, apoteósicos mediocres del arte presunto, vividores del mérito subvencionado y subvencionable. Vosotros también vivís de mi pasta. Os señaláis la ceja para apoyar sin disimulo a quien os ha puesto en casa, alimentáis vuestra vida regalada de mis impuestos, y además me insultáis. Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme “hijo de puta”; si no comulgo con el Gobierno que os pone el pesebre pedís que se me encierre en un cinturón sanitario; si voto a quien no os mola, me llamáis asesino…todo eso después de que este hijo de puta, asesino y carne de sanidad progre os haya dado de comer con su dinero, a cambio de que produzcáis bodrios infumables que tratan de ganar una guerra 70 años después o que sólo sirven para que alguno pueda liberarse de sus complejos, algunos sexuales.

Habéis conseguido que todo hijo de vecino sea considerado delincuente preventivo y tenga que pagaros cada vez que se compra un teléfono móvil, una impresora, un ordenador…Habéis forzado la máquina de quien tanto os debe como para permitiros reclamar el tributo a quien se bautiza, hace la comunión, se casa o baila en la plaza del pueblo; cualquier día nos sangraréis en nuestro entierro. Vosotros, bucaneros de la creación de medio pelo, no venderíais ni uno sólo de vuestros estofados en el mercado privado, no conseguiríais financiación ni para la décima parte de vuestras piltrafas. La inmensa mayoría de los que vivís de mi contribución y de sirlarme, no seríais capaces de engañar a un inversor para que sufragase las medianías que nos colocáis. Vivís del cuento, y encima os ponéis chulos mientras me metéis la mano en la cartera. Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad ni altura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosas por la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéis una puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poder oler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retrataban cada vez que compraban un CD.

Todos vivís de mi pasta y sois muchos, cada vez más. Y nosotros cada vez menos.